Empezar las mañanas con un pedazo de batido como esté me da la vida.
Me lo bebo despacito, saboreándolo, disfrutando de la textura y la mezcla de sabores, observando su color, recreándome en su dulzura, agradeciendo a todas las personas que han hecho posible que esta papaya, este manojo de perejil y las semillas de lino estén hoy en mi cocina para que yo me alimente. El sentimiento de gratitud comienza en el frutero, continúa con las personas que trabajan en el mercado, las que transportan las frutas y las verduras hasta allí, los agricultores que han cuidado la tierra y han recogido el fruto, la Madre Tierra a la que tenemos tan descuidada...Mientras me doy cuenta de que todos estamos conectados, se produce en mi una sensación que me genera mucho bienestar, que me hace empezar la mañana de una manera diferente, llena de agradecimiento y con las pilas puestas para darle caña al día.
Veamos los ingredientes:
1 taza de perejil
2 cucharadas soperas de semillas de lino, en agua desde 2 horas antes (mínimo).
Media papaya
Sirope de ágave o un par de dátiles (si se quiere más dulce)
Agua
Preparación:
Quitar las semillas de la papaya, pelar la papaya y echar todos los ingredientes en la batidora, thermomix o lo que cada cual utilice. Mezclar hasta conseguir la textura deseada. Añadir agua según nos guste más o menos líquido.
Existe la opción de comerse también las semillas, aunque sea aparte, ya que son bastantes fuertes y le cambiaría mucho el sabor al batido, tienen un alto contenido en papaína, una enzima beneficiosa para el sistema digestivo y pueden comerse directamente o secarlas antes y usarlas como si fuesen pimienta.
Me hubiera gustado subir fotos de cómo quedó el batido, pero se me olvidó hacerlas.
Sólo os digo que está exquisito y que con las semillas de lino, no tienes sensación de hambre en toda la mañana.
Probad y me contáis,
Salud,
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