Esta receta la probé en un curso de comida vegetariana al que asistí hace poquito en Krisol con mi amiga Mati.
Me pareció taaaannn sencilla y taaaannn bonita y estaba taaaannn rica, que no he podido resistirme a probarla, aquí la he preparado sin queso a diferencia de la original.
Es una entrada perfecta para poder tenerla preparada el día de antes si estáis organizando una cena con amig@s, o ahora que se acercan las navidades.
Su color es espectacular y se puede servir en vasos de chupitos o cualquier recipiente de cristal en el que se vea bien el contraste del rojo, el verde y el blanco de los distintos ingredientes.