Me gusta muchísimo la pasta y si es con espinacas, mejor que mejor, así que esta es una versión crudi-vegana, en la que se sustituye la pasta por calabacín crudo. Y es que el calabacín da mucho juego a la hora de combinarlo, no sólo por su versatilidad para cortarlo, si no porque al tener un sabor muy neutro se puede hacer con él miles de combinaciones, como estos rollitos rellenos de hummus que también están deliciosos.
Aquí tenéis los ingredientes de la receta:
1 calabacín ecológico
1 puñado de espinacas frescas ecológicas
1 diente de ajo o 1 cucharadita de ajo seco molido
1/4 de vaso de leche vegetal (yo he usado de almendra)
50 gr de almendras crudas
2 cucharadas de levadura nutricional (se puede sustituir por levadura de cerveza desamargada)
sal
Para el acompañamiento
1 tomate
1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra
recorte del calabacín
sal
Procedimiento:
Sin pelar el calabacín, lo cortamos con una mandolina en láminas muy finas a lo largo y reservamos.
Lavamos las espinacas y las mezclamos en la thermomix o en la procesadora de alimentos que utilicemos, junto con el diente de ajo, la leche, las almendras y la levadura nutricional que es lo que le va a dar a la mezcla el saborcillo a queso (se podría sustituir por levadura de cerveza, pero la nutricional es más sana).
Trituramos hasta que se quede una pasta.Disponemos en un plato 2 láminas de calabacín en forma de cruz, rellenamos el centro con la mezcla que hemos preparado de espinacas y cerramos ayudándonos de un palillo de bambú.
Acompañamiento:
picamos el tomate en cuadraditos junto con los recortes del calabacín, para no desperdiciarlo y aliñamos con aceite y sal.
Listo para degustar un platazo rico, sano, saludable, rapidísimo y delicioso!
A vuestra salud!
Celia que pinta! !!me pongo manos a la obra!!
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